domingo, 4 de diciembre de 2011

¿Rescatar a los bancos?

En este artículo me gustaría cuestionarme una de las proposiciones generalmente aceptadas: salvar a los bancos es una necesidad que nos previene de males mayores.

Para mí salvar a los bancos es una de las mayores estupideces que están cometiendo los estados. En este sector, como en cualquier otro, deberían prevalecer las leyes del mercado. Si un banco ha realizado préstamos arriesgados e incobrables, sus directivos deberían asumir sus responsabilidades y los bancos en concreto quebrar. El resto de bancos, los que operaron correctamente cubrirían de inmediato los huecos dejados por el quebrado.  Aquí estado sí que debería intervenir entonces para garantizar los depósitos de sus clientes y la correcta liquidación de la entidad en cuestión. Al final serían operaciones mucho más límpias y económicas.

El problema de fondo es la interrelación existente entre bancos y estado. El estado salva los bancos a cambio de que los bancos compren la deuda pública desbocada de los gobiernos. Un ejemplo de un sector financiero zoombie lo tenemos en Japón, que lleva casi 20 años desde que al sector financiero no se le permitió el ajuste correspondiente. Es un círculo vicioso en sí mismo. ¿Qué fue antes el huevo o la gallina?.

¿Cómo se salvan los bancos? Básicamente de dos formas, mediante la intervención del estado que se transforma en más déficit y deuda pública, o mediante la intervención de los Bancos centrales, poniendo en marcha la imprenta de dinero. En ambos casos el círculo vicioso se sigue incrementando y la separación entre poder financiero y político pasa a ser mucho más difusa.

Y además lo acaba pagando el ciudadano de a pie. Los consejeros de los bancos siguen cobrando sueldos y bonos injustificables sin asumir ninguna responsabilidad. Y si alguien duda que lea qué ha pasado con las Cajas de ahorro en España.
Y para colmo los bancos prestan menos y el Estado incrementa los impuestos por lo que el ciudadano paga por partida doble.

Sin embargo el problema estructural de fondo sigue siendo otro. Se tienen que iniciar reformas estructurales profundas que provoquen el crecimiento económico que el país necesita. Son estas reformas, es el ajuste del sector público y el saneamiento del sector financiero lo que producirán efectos a largo plazo. En ese camino la intervención de los bancos centrales  imprimiendo dinero no cambiará nada. Cambia el valor del dinero, deslocaliza recursos y beneficia a unos privilegiados con el dinero de todos.

El sector financiero español y europeo necesitan seguir depurándose y racionalizándose. Hasta ahora lo único que ha impuesto la autoridad bancaria europea es un incremento del capital. Esto es absurdo, porque mide de la misma forma problemas diferentes. Se sabe que los bancos tienen problemas, no se quiere entrar en el fondo del asunto y se decide cerrar los ojos exigiendo más capital.

Absurdo. ¿que debería hacerse? Identificar los activos de los Bancos, valorarlos, clasificar los bancos en función de la calidad de esos activos y establecer un plan de acción en función de esas prioridades en el que se deberían contemplar quiebras, depreciaciones de activos y ampliaciones de capital.

Las noticias sobre el sector financiero, darán mucho que hablar de aquí en adelante. Apuesten por ello.

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