lunes, 14 de noviembre de 2011

Australia, bienvenida al club

Hasta ahora numerosos y prestigiosos economístas mantenían que Australia no entraría en recesión. Tenía un mercado muy abierto y exportador sobre todo de materias primas para China y el resto de países asiáticos. Esta fiebre exportadora se había traducido en importantes crecimientos económicos.
Ahora los datos económicos empiezan a demostrar que podría entrar en recesión. ¿Por qué? ¿Han cesado las exportaciones de sus materias primas? ¿Las compañías mineras han dejado de ser rentables? ¿Ha bajado la recaudación por impuestos de la exportación y producción de esas materias primas? ¿Ha entrado en competencia con otros países más baratos?
La respuesta curiosamente ha sido no. No es el sector exterior el que está tirando la demanda hacia abajo. Es el consumo. Y ¿Por qué? Pues como hemos podido vivir en nuestras propias pieles, ha sido por el excesivo endeudamiento de los australianos, provocado por una burbuja inmobiliaria que empieza a estallar. Varios institutos económicos y comentaristas llevan meses alertando del parón de la venta de inmuebles. Los australianos se han endeudado por encima de sus posibilidades para comprar inmuebles que siempre valdrían más. ¿Les suena esto?
Ahora ha llegado el momento en el que necesitan echar el freno para ir devolviendo esas deudas e ir recapitalizándose. Hasta que este proceso de recapitalización o desapalancamiento no se produzca el consumo no podrá volver a crecer. Necesitan retraer parte de su renta disponible para pagar sus deudas, y por lo tanto reducirán el consumo.
Por otro lado el parón económico que también está sufriendo China está afectando al precio de las materias exportadas, pero no es la causa principal de este parón.
Al fin la realidad se está imponiendo sobre los sueños de aquellos que pensaban que Australia sería inmune a la crisis por su dependencia de China. Bueno pero sobre China ya hablaremos otro día.

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