viernes, 18 de noviembre de 2011

Prima de riesgo. Implicaciones

La prima de riesgo de los países europeos se han convertido en las grandes protagonistas de las noticias económicas de estos días. Ni siquiera la campaña electoral ha logrado eclipsarla dentro de Europa.

Recuerdo que la prima de riesgo, es el interés adicional que se debe pagar por la deuda del estado sobre el precio que pagan los alemanes. Ayer por ejemplo, la deuda se colocó a un 7%, con una prima de riesgo que superaba el 5% sobre el bono alemán, y eso que tuvo que intervenir el BCE comprando deuda española. Nunca nuestro país había pagado tanto por colocar la deuda dentro del Euro.

Otra de las caracteríasticas de estos días es que el incremento de la prima de riesgo se está generalizando en Europa. Ya no son sólo Grecia, Portugal, Irlanda o Italia. Ya estamos nosotros y se nos ha sumado al lío Francia. Parece que todos los países europeos menos uno tienen problemas para colocar su deuda.
No voy a insistir mucho en como hemos llegado hasta aquí. En como el país mejor situado en relación al déficit y la deuda en Europa cuando comienza la crisis económica se ve envuelto en este lío. En como una gestión nefasta de la crisis, del déficit y de la deuda nos ha colocado donde estamos. No quiero extenderme y menos a dos días de unas elecciones generales. Pero manda narices. Este problema que España podía haber evitado tranquilamente, se está extendiento por Europa. Y uno se pregunta por qué.Y sobre todo porqué otros países con más deuda y déficit público como Estados Unidos e Inglaterra no se encuentran metidos en la misma turbulencia.

Diferentes políticas, diferentes resultados. Me explico.
Los bancos centrales de Estados Unidos e Inglaterra están funcionando como prestamista de última instancia. ¿Qué es esto? En puridad económica una aberración. Cuando un Estado emite deuda, y no tiene comprador de esa deuda, es decir cuando gasta mucho más de lo que ingresa, el banco Central correspondiente compra esa deuda. Lo puede hacer directamente en el momento de emitir la deuda o indirectamente, comprándosela a los bancos.

¿Cómo? Dándole a la máquina de producir papelitos que llamamos dinero. Sí, así. Con algo tan sencillo como una imprenta deciden que tienen dinero para pagar sus deudas y déficits. Esto se llama monetarizar la deuda. Recordad que el dinero emitido por los bancos centrales no está respaldado por el oro ni por ningún otro activo.

¿Qué pasa entonces con el valor del dinero? Lo mismo que con cualquier otro bien que pasa de escasez a abundancia. Baja su valor. Cada vez se necesitan más unidades monetarias para comprar los mismos bienes y servicios. A corto plazo no parece que pase nada, pero a largo las desigualdades son bestiales. Las capas sociales menos favorecidas son las que más sufren estas políticas, empezando por los pensionistas, porque el dinero no se reparte equitativamente entre toda la población. Ese dinero irá a un contratista del gobierno no a todos los pensionistas, por seguir con el ejemplo.Inundan el mercado de dinero. Por lo tanto no tienen problemas de colocación de la deuda y no están sometidos a la presión de los mercados con las primas de riesgo.  También es probable que se produzca una devaluación de la moneda en cuestión.
Y ¿solucionan algo? Sólo el corto plazo. Sólo la prima de riesgo. El problema a largo sigue empeorando. Siguen con déficits públicos inmanejables y con una deuda pública creciente. Se da tiempo a los gobiernos pero no se pone ninguna solución a los problemas reales. La voracidad del estado se mantiene y los políticos siguen ejecutando promesas insostenibles.

Ahora los datos. Inglaterra, donde el 17% de la deuda se ha monetarizado, se ha comprado con más papelitos, ha conseguido un déficit público de un 11%, ha devaluado su moneda un 25% y tiene una inflaccion superior al 5%. ¿Y ahora quieren dar lecciones en Europa? Su deuda pública sigue creciendo a ritmos bestiales y no consiguen crecimientos económicos significativos que puedan resolver el problema a largo plazo. De nuevo unos políticos que demuestran como decir que hacen pero no hacer nada.

¿Y en Europa? Aquí la posición fundamentalmente de Alemania, es la de no dejar intervenir al BCE en el mercado. No quiere que la deuda de los estados se acabe monetarizando y que los problemas de déficit públicos no se resuelvan. Por eso la ayuda a los estados intervenidos, su compra de deuda, se parcializa y siempre es a cambio de ir tomando medidas. En el caso griego, como ya comentamos, la paciencia llegó al límite y Europa se plantó. Había promesas pero no estaban resapadadas ni con hechos ni con resultados.

La gran pega que tiene esta forma de actuar, es que a los estados se les deja frente a los mercados, que evalúan permanentemente las promesas, los hechos y los resultados que se van consiguiendo. Como en realidad de promesas estamos llenos, de hechos vacíos y de resultados yermos, los mercados valoran negativamente a cada uno de los estados miembros del Euro. No hemos hecho nada para cambiar la situación.

En el fondo Alemania tiene razón en su planteamiento. No sirve de nada la intervención del BCE si los estados no cumplen con sus compromisos. Si no realizan ajustes y no toman las medidas necesarias para que la economía crezca. Estamos de acuerdo con Alemania en que soltar dinero sin parar a cambio de nada no sirve.

¿La realidad para Europa cual es? A corto el BCE está interviniendo en los mercados comprando deuda o actuando como prestamista de última instancia.

A medio plazo cada estado deberá llevar una disciplina presupuestaria y realizar las reformas necesarias para que la economía progrese. Es una medicina mucho más dura a corto que la monetarización de la deuda, pero a largo plazo consigue resultados mucho mejores. en el fondo será un paso más en la pérdida de autonomía económica de los estados, que es muy parecida a lo que ya se está produciendo con las Comunidades Autónomas en España.

Esta péredida de autonomía supone algún trauma para los ciudadanos. Probablemente sea el político el que se encuentre más vigilado y cuestionado, pero al ciudadano poco le importa. Siempre y cuando los intereses de España se defiendan de forma razonable en los organismos europeos.

Pero no nos engañemos. Los políticos son los que nos gobiernan, y son ellos los que no tienen ningún interés en tomar esas medidas. Son ellos los que van a pedir cada vez de forma más insistente y unánime la intervención del BCE. Tiempo al tiempo.

En definitiva desde aquí apoyo la medicina más dura aplicada en Europa.

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