lunes, 21 de noviembre de 2011

El más aplicado el más exigente.

Después del cierre de la campaña electoral en España, cuando oí al próximo presidente del gobierno en su discurso de agradecimiento, me llevé una gran alegría, porque incidía sobre una idea que ya había lanzado en este blog: Seremos los más aplicados de la clase, cumpliremos lo que se nos pide, pero a la vez queremos volver a tener voz en Europa y seremos una voz muy exigente. Este es el camino que hay que llevar.

No elegiremos olvidarnos de la gestión presupuestaria, incurrir en déficits insostenibles, incrementar la deuda pública hasta que sea impagable y convertirnos al final en exclavos de esas entidades financieras que nos han ido prestando el dinero. No podemos caer en el engaño de la deuda.
El que debemos elegir es el camino de la ortodoxia que defendí días atrás y el camino de la sostenibilidad del sistema, pero también el camino más duro. Requiere ajustes ficales por el lado de los gastos que si no se hacen bien repercutirán en los más débiles, requiere igualmente seguir con los ajustes en las empresas y requiere un cambio de legislación laboral y fiscal para que la producción en España sea mucho más competitiva.
Necesitamos los cambios para que se produzcan efectos reales y durareros sobre la economía.
  1. Ajustes fiscales. Estoy seguro que una reducción del gasto de un 20% en la administración pública es posible sin llegar a tocar los servicios públicos esenciales prestados. Hablamos evidentemente de acabar con las subvenciones, con el personal de la administración pública nombrado a dedo, con los despilfarros de proyectos que no tienen valor añadido alguno para el contribuyente, de aplicar una política del control del gasto semejante a la que pueda tener cualquier empresa, de racionalizar, centralizar y gestionar las compras, de aplicar criterios de gestión propios del siglo XXI... siempre antes de tocar ninguno de los servicios prestados a los ciudadanos.
  2. Ajustes en empresas. Probablemete las empresas privadas que han sobrevivido ya han realizado el 90% del ajuste, pero las públicas, que viven de presupuestos del estado, parece que viven ajenas a la realidad. Es más ajenas y contrarias a la realidad con salarios, contratos, jubilaciones e indemnizaciones absolutamente escandalosos.  Probablemente muchas de ellas haya que privatizarlas (correos, renfe, aena,...).
  3. Cambio de la legislación laboral y fiscal. Si nuestro gran problema crónico siempre es el paro ¿por qué el elemento trabajo es el más castigado por la fiscalidad en España? ¿no se dan cuenta de que de esta manera es mucho más caro contratar y somos mucho menos competitivos en el exterior? Sin esa ganancia de competitividad de nuestras empresas será imposible levantar cabeza. También deben cambiar la cultura fiscal de las empresas. Pagar los impuestos en España no debe ser una opción, debe ser una obligación perseguida por el estado. 
Y todo esto partiendo del hecho de que estamos en una situación realmente delicada en Europa, en la que es necesario que pasemos de las palabras a los hechos y a los resultados si queremos ver que el proyecto euro triunfe.

Quizás de los tres puntos marcados el más difícil y a su vez importante para nuestro país es el equilibrio de la balanza de pagos. supone producir más en España de lo que se consume. Pasar a ser un país exportador de bienes y servicios. Supone un ajuste real de nuestros costes productivos y salarios para ser competitivos en el exterior. Debemos tener una economía real, no financiera, fuerte y competitiva.

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